El tener un teclado en frente de mi, me obliga a escribir algo. Algo sin importancia por lo menos, algo que alguna persona quiera leer, algo que a esa persona al terminar de leer le parezca una mierda. En el caso que resulte simpático a los ojos de esa persona lectora me alegrare, si es que llego a enterarme que le gusto.
Hace mas de un año que ronda en mi cabeza una frase, ¿maldita frase?, que dice algo así como que “las cartas de amor son entupidas, pero mas estupidas son las personas que no las escriben”. El hecho es simple: jamás lo hice y es inevitable que me sienta entupido. Mucho más simple es el hecho de no tener a quien escribirle. Podría escribirle al aire, al viento, a la brisa que no va a pasar nunca para llevarse todo el pasado, o a la misma persona que ya no provoca lo que antes. Esta última opción es la menos potable ya que no significara otra cosa que una recopilación de lo que he escrito anteriormente.
Y de vuelta voy a repetir y no me cansare de hacerlo: el hecho es simple: quiero hacer algo nuevo. Conocer a alguien y escribirle una carta podría ser; pero tiene que ser una carta, ya que de otra manera no funcionaria. Conocer a alguien y escribirle una canción también; pero esto es difícil: difícilmente salga de casa con la guitarra, camine o suba al colectivo con ella, llegue a destino [creo en él] y realice una especie de serenata. Lo del mail me parece un tanto distante y frio, así que difícilmente pueda acercarme a alguien a través de este medio. Podría salir a caminar y a la primera chica que me mire a los ojos mas de dos segundos decirle algo, pero para esto soy demasiado tímido y se que jamás lo haría. O talvez y esta creo que es la mejor opción, sentarme en alguna silla en mi casa, calentar agua y prepararme unos mates [amargos por supu] y tomarlos solo, yo solo, en una pieza bien iluminada escuchando alguna radio AM a muy bajo volumen, lo suficientemente alto como que para yo ser la única persona que pueda escuchar. Deseo que ni mi sombra escuche lo que yo, suficiente tiene con tener mi confianza como para escuchar lo mismo que su dueño [o sea yo, o sea el dueño de la sombra].
Hace mas de dos años ronda en mi cabeza otra frase, creo que era un proverbio árabe “quien es incapaz de confiar, es incapaz de inspirar confianza”. Esto es demasiado claro como para que escriba algo al respecto.
Lo que rondaba en mi cabeza hace tres años no me acuerdo. Entonces eso significa que este cuento se ha terminado. No vinieron ni colorin ni colorado. Hijos de mil putas [en plural por que al corrector del Word se le ocurrió que este escrito en plural]. Los estuve esperando toda la mañana. Ya van a cagar.-
Viernes 5 de noviembre de 2004
Hace mas de un año que ronda en mi cabeza una frase, ¿maldita frase?, que dice algo así como que “las cartas de amor son entupidas, pero mas estupidas son las personas que no las escriben”. El hecho es simple: jamás lo hice y es inevitable que me sienta entupido. Mucho más simple es el hecho de no tener a quien escribirle. Podría escribirle al aire, al viento, a la brisa que no va a pasar nunca para llevarse todo el pasado, o a la misma persona que ya no provoca lo que antes. Esta última opción es la menos potable ya que no significara otra cosa que una recopilación de lo que he escrito anteriormente.
Y de vuelta voy a repetir y no me cansare de hacerlo: el hecho es simple: quiero hacer algo nuevo. Conocer a alguien y escribirle una carta podría ser; pero tiene que ser una carta, ya que de otra manera no funcionaria. Conocer a alguien y escribirle una canción también; pero esto es difícil: difícilmente salga de casa con la guitarra, camine o suba al colectivo con ella, llegue a destino [creo en él] y realice una especie de serenata. Lo del mail me parece un tanto distante y frio, así que difícilmente pueda acercarme a alguien a través de este medio. Podría salir a caminar y a la primera chica que me mire a los ojos mas de dos segundos decirle algo, pero para esto soy demasiado tímido y se que jamás lo haría. O talvez y esta creo que es la mejor opción, sentarme en alguna silla en mi casa, calentar agua y prepararme unos mates [amargos por supu] y tomarlos solo, yo solo, en una pieza bien iluminada escuchando alguna radio AM a muy bajo volumen, lo suficientemente alto como que para yo ser la única persona que pueda escuchar. Deseo que ni mi sombra escuche lo que yo, suficiente tiene con tener mi confianza como para escuchar lo mismo que su dueño [o sea yo, o sea el dueño de la sombra].
Hace mas de dos años ronda en mi cabeza otra frase, creo que era un proverbio árabe “quien es incapaz de confiar, es incapaz de inspirar confianza”. Esto es demasiado claro como para que escriba algo al respecto.
Lo que rondaba en mi cabeza hace tres años no me acuerdo. Entonces eso significa que este cuento se ha terminado. No vinieron ni colorin ni colorado. Hijos de mil putas [en plural por que al corrector del Word se le ocurrió que este escrito en plural]. Los estuve esperando toda la mañana. Ya van a cagar.-
Viernes 5 de noviembre de 2004
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